Estudio de la UPV: «Luz ultravioleta para limitar propagación de Covid»

Luz ultravioleta, método económico para prevenir Covid según estudio científico de la Universidad del País Vasco

Ante la pandemia del Covid-19, instituciones y empresas buscan alternativas para prevenir contagios. En este contexto, un estudio realizado por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y publicado en la revista ACS Nano, ha determinado que el uso de luz ultravioleta UVC  para desinfección del coronavirus es un sistema barato y eficiente de desinfección a gran escala.

Este método permitiría desinfectar espacios interiores y reducir la transmisión del virus a escala global, protegiendo a mil millones de personas, por una inversión de unos pocos miles de millones de dólares.

Este estudio, en el que participó Javier García de Abajo del Instituto de Ciencias Fotónicas, plantea que la luz ultravioleta (UVC), que inactiva el virus, puede ser una medida eficiente y fácil de implementar en oficinas, centros de salud, escuelas y medios de transporte. La tecnología empleada en los diferentes aparatos que utilizan las lámparas de luz ultravioleta no es cara y su funcionamiento y riesgos se conocen a la perfección desde hace mucho tiempo, lo que hace que se hayan instalado con frecuencia en todo tipo de hospitales e industrias de la alimentación que requieren un elevado grado de desinfección en todas sus estancias.

 

¿Por qué es importante un método alternativo de prevención?

La distancia social, el confinamiento y otras medidas de protección que se han adoptado durante la pandemia han resultado efectivas, pero tienen un alto coste a nivel social y económico que no es sostenible a medio o largo plazo.

Adicionalmente, de acuerdo al estudio, medidas como el uso de mascarilla, el lavado de manos y la limpieza pueden tener un efecto limitado en espacios cerrados, debido al rápido esparcimiento que puede tener el Covid-19 o SARS-CoV-2.

Por este motivo, al regresar a la normalidad, se hace necesario implementar otros métodos que sirvan para prevenir la transmisión de este tipo de Coronavirus y otros patógenos que puedan presentarse en el futuro, sin el alto coste que implica el confinamiento y el distanciamiento social.

 

¿Cómo se transmite el Covid-19?

El Covid-19 y otros virus como la gripe común puede transmitirse cuando un individuo infectado habla, tose o estornuda. Estas acciones producen un efecto aerosol, en forma de pequeñas gotas, que puede transportar el virus y ocasionar una nueva infección si otra persona las inhala.

El virus puede transmitirse a través del aire o a través de superficies donde estas partículas o gotas se pueden depositar. Factores como la temperatura, la velocidad del flujo de aire, la humedad del ambiente y el material de la superficie en la que se encuentra influyen en el tiempo de supervivencia del virus, que puede ir desde horas a días.

Por ejemplo, la humedad tiene un papel fundamental en espacios cerrados. En estos lugares, como las oficinas, el aire sufre una caída de la humedad. De acuerdo al estudio de la UPV, experimentos con hurones han demostrado que la transmisión del virus es más eficiente cuando la humedad es menor, en torno al 30%.

Asimismo, el tipo de ventilación puede facilitar el contagio, así como el contacto con superficies usadas frecuentemente por muchas personas, como los son las manillas de puertas, botones del ascensor, entre otros.

 

Prevención de los contagios en espacios cerrados

Dado el alto índice de contagio y las dificultades añadidas que tiene la prevención del Covid-19 en espacios cerrados, es necesario tomar medidas adicionales de desinfección en lugares como oficinas, transporte público, centros de salud y centros educativos.

Existen tres niveles en los que se pueden tomar estas medidas:

  1. Rediseño de las futuras infraestructuras de espacios compartidos como oficinas, baños, trenes y autobuses. Este nivel tendría efecto a largo plazo por lo que no sería una opción viable para la prevención del actual Covid-19.
  2. Hacer énfasis en medidas de protección personal ya adoptadas, como el uso de mascarilla. En este caso, su cumplimiento depende de la situación política y social de cada país, así como de la madurez de su población, por lo que no puede ser tomada como una solución a nivel global.
  3. Utilizar medidas de protección colectiva que desactiven el virus en espacios cerrados y en superficies.

Es en este último nivel donde surge el uso de la luz ultravioleta como alternativa, pues es una medida de fácil implementación, que puede utilizarse a escala global y es asequible económicamente.

 

¿Cómo funciona la luz ultravioleta para prevenir el virus?

La luz ultravioleta se usa desde hace más de un siglo para la desinfección. Actualmente, se utiliza para la potabilización del agua y ya se ha probado para reducir la transmisión aérea de la tuberculosis y virus trasmitidos por medios aéreos.

Se trata del espectro de la luz que es invisible al ojo humano, una radiación electromagnética de la que existen tres tipos según su longitud de onda, los rayos UVA, UVB y UVC. Este último es el utilizado en procesos de desinfección.

La luz UVC actúa al exponer al virus a condiciones que son letales para este, pero inocuas para el ser humano si es bien utilizada, a diferencia de otros métodos como el ozono y el peróxido de hidrógeno. Este tipo de luz ultravioleta funciona inactivando los patógenos al alcanzar su material genético.

Su eficacia depende del tiempo de exposición a la luz y de su intensidad. El tiempo de exposición suele rondar entre los 5 y diez minutos y la longitud de onda más utilizada es de 254nm.

Debe ser manejada por profesionales, pues su mal uso puede provocar daños en los ojos y tener un efecto cancerígeno en la piel.

 

¿Cómo se puede utilizar la luz ultravioleta?

Existen diversas formas en las que la luz ultravioleta podría ser utilizada para desinfectar espacios cerrados:

  • Sistemas de ventilación: las fuentes de luz ultravioleta pueden instalarse en los ductos de ventilación para desinfectar el aire de un espacio cerrado y evitar, al mismo tiempo, el contacto directo con las personas.
  • Baños, transporte público y otros espacios pequeños: en este caso se podría utilizar una luz ultravioleta de alta intensidad cuando estos espacios no están en uso para prepararlos y dejarlos libre de virus para nuevos usuarios. Por ejemplo, después de que una persona utiliza el baño, o en las paradas finales de una línea de autobuses.
  • Pasillos y corredores: podrían instalarse fuentes de luz ultravioleta que se desactiven con el movimiento, para evitar el contacto directo con los individuos.
  • Superficies de contacto frecuente: en el caso de botones, manillas y otras superficies, se puede instalar una fuente de luz UVC débil, continua y directa, dirigida solo a la superficie en cuestión. Así se evitaría poner en riesgo los ojos de los usuarios y se limitaría la exposición en las manos.
  • Luz UVC portátil: mecanismos portátiles de UVC podrían usarse como un método rápido de desinfección si se manipulan adecuadamente.

 

¿Es la industria capaz de adaptarse a una alta demanda de luz ultravioleta?

El mercado de fuentes de luz UVC apenas alcanza mil millones de dólares al año, por lo que podría ser complicado que esta industria se adapte a un gran incremento de la demanda ocasionado por el Covid-19.

De todas formas, cabe destacar que una lámpara fluorescente puede ser instalada por pocos dólares por persona y afectando apenas la infraestructura de un edificio. Adicionalmente han surgido nuevas alternativas como las bombillas LEDs que pueden cubrir grandes volúmenes.

En definitiva, la luz ultravioleta UVC es una alternativa económica y de fácil implementación a corto plazo para prevenir los contagios del Covid-19 y otros virus en espacios cerrados.

 

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