Transmisión aérea Covid 19 en aerosoles. Debate científicos y la OMS

Contagio aire Covid 19

La OMS admite que la Covid 19 se puede contagiar por el aire

Tras mucho debate y todavía con cierta reticencia, la Organización Mundial de la Salud ha reconocido de manera formal la transmisión aérea del virus SARS-CoV-2 causante del Covid-19. Además del contagio por gotículas, partículas de fluido que un individuo infectado expulsa cuando tose o estornuda, el nuevo coronavirus puede transmitirse a través de aerosoles, también llamadas nuclei-droplets o microgotículas.

Estas son partículas de menor tamaño, inferior a 5 micrómetros o la milésima parte de cinco milímetros. Al tratarse de partículas más pequeñas, estas se mantienen suspendidas en el aire durante un tiempo prolongado y pueden viajar distancias más largas que las gotículas, lo que las hace una posible fuente de infección.

Estudios que respaldan la transmisión por aerosoles

La idea de que el Covid-19 se contagia a través de aerosoles no es nueva. Son muchos los científicos y estudios que han respaldado esta teoría durante meses, como un estudio publicado en abril por la revista Nature Medicine.

En otro estudio publicado en julio por Nature, científicos del Centro Médico de la Universidad de Nebraska encontraron aerosoles que contenían el coronavirus en muestras de aire tomadas de habitaciones de hospital de pacientes con Covid-19.

Esto confirmó hallazgos previos que indicaban que los pacientes con Covid-19 liberan partículas del virus simplemente al exhalar, sin que exista la necesidad de hablar o toser.

A principios de octubre, un grupo de científicos afirmó en una carta publicada en la revista Science que la evidencia que respalda la inhalación del SARS-CoV-2 como una forma de transmisión es abrumadora. Las personas infectadas con el virus, tanto sintomáticas como asíntomáticas, expulsan miles de aerosoles que transportan el virus, además de las ya conocidas gotículas.

Por lo tanto, los científicos creen que es más probable inhalar aerosoles que gotículas y que es de suma importancia poner énfasis en la protección contra la transmisión aérea del virus. Algunas de las medidas preventivas que destacó este grupo de científicos fue trasladar actividades al aire libre, mejorar la ventilación de espacios interiores y mejorar la protección de trabajadores de alto riesgo.

Además de la comunidad científica, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CCD) también publicaron un informe a principios de octubre reconociendo el potencial de la transmisión aérea del coronavirus SARS-CoV-2. Sin embargo, esta publicación da mayor peso a la transmisión por contacto estrecho a través de las gotículas respiratorias, y no a la transmisión aérea. Esta última se produciría bajo circunstancias particulares, como en espacios cerrados y con mala ventilación, o ante la exposición prolongada a partículas cargadas con el virus.

Posición de la OMS

La Organización Mundial de la Salud negó la posibilidad de la transmisión aérea durante meses. Finalmente, a principios de julio reconoció que era posible la trasmisión del nuevo coronavirus mediante partículas suspendidas en el aire a largas distancias y durante un tiempo prolongado. Sin embargo, pidió más investigaciones para corroborar esta teoría.

La OMS declaró que los brotes producidos en espacios cerrados, abarrotados de gente y con mala ventilación indican la posibilidad de la transmisión por aerosoles, en combinación con la ya conocida transmisión por gotículas respiratorias. Este tipo de contagio también podría producirse al estar durante un período de tiempo prolongado con personas infectadas, o en algunos procedimientos médicos como la intubación.

El cambio de postura de la OMS se produjo tras la publicación en julio de otra carta en la que 239 miembros de la comunidad científica destacaban que las evidencias de la transmisión aérea eran cada vez más claras y pedían a la organización que reconsiderara su postura sobre el asunto.

Aerosoles vs. Gotículas

El debate ha hecho creer en muchas ocasiones que los contagios por coronavirus pueden ocurrir de una manera o de otra, y existe una gran discusión acerca de cuál es la principal forma de transmisión. Sin embargo, se trata de una dinámica más compleja que la variación de tamaños de las partículas que expulsamos al hablar, toser o estornudar.

Varios artículos científicos ya anticiparon que la transmisión puede ocurrir en un amplio espectro y que es más adecuado imaginar que de nuestra boca salen una nube de gas que se comporta de forma turbulenta. Esta nube contendría tanto gotículas como aerosoles.

De la misma manera, es importante tomar en cuenta, aunque las gotículas tienden a caer al suelo con mayor velocidad, algunos científicos sugieren que estas pueden llegar a desplazarse distancias mayores a un metro. Por ejemplo, una gotículas de 5 micrómetros puede tardar una media hora en caer al suelo desde la altura de la boca de un adulto de estatura promedio. Si se encuentra en una corriente de aire, esta gotícula podría llegar a viajar muchos metros. Lo mismo ocurriría con las expulsadas en estornudos o con la tos.

En el caso de los aerosoles, se cree que pueden ser peligrosos también a cortas distancias del sujeto infectado. Esto se debe a que las partículas de aerosoles tienen una mayor concentración en las inmediaciones de la persona contagiada, y se diluyen a medida que se alejan de ella.

Esto confirma que la transmisión es mucho más compleja de lo que se ha estipulado hasta ahora.

Relevancia de las medidas de prevención

Algunos científicos han optado por evitar el término ‘transmisión aérea’, pues consideran que puede ser malinterpretado por la población. El término da la impresión de que un individuo puede contagiarse solo por respirar y esto no es cierto. El riesgo existe solo en caso de contacto estrecho con un infectado o al pasar un período de tiempo prolongado en un espacio cerrado con poca ventilación.

En todo caso, la importancia radica en tomar medidas para prevenir la transmisión del virus. Estas medidas no variarían demasiado con respecto a las medidas que ya se aplican actualmente. Incluirían mantener una distancia de seguridad de más de dos metros y prohibir el uso de espacios interiores con mala ventilación, como restaurantes, bares e iglesias. Además, es necesario el uso obligatorio de mascarillas.

La calidad de las mascarillas, y la forma como estas se ajustan al rostro también son factores importantes para prevenir la transmisión aérea del virus. Una opción recomendable es la mascarilla N95 o su equivalente FPP2, que es capaz de filtrar los aerosoles y evitar que el individuo que la lleva las inhale al menos en un 95%.

La eficacia de las mascarillas quirúrgicas en la protección contra los aerosoles varía más, dependiendo del diseño. Estudios anteriores sobre la gripe demostraron que este tipo de cubrebocas reduce la exposición al virus entre un 10 y un 98% y que su uso puede impedir que las partículas del virus sean expulsadas al aire. Dada la similitud entre los coronavirus estacionales y el actual SARS-CoV-2, las conclusiones de este estudio podrían aplicarse al actual virus.

Además, es más efectivo utilizar mascarillas con telas más suaves que se ajusten más fácilmente al rostro, que telas más rígidas, pues estas pueden, a pesar de tener filtros, dejar huecos entre la piel y la mascarilla.

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